La poesía es una de las tantas caras de la pasión
En la bulimia del corazón, se halla la necesidad de gritar sin métricas ni coberturas, el sencillo hecho de dar la espalda sin remordimiento al tiempo con sus mascaras y artimañas o simplemente besar a la vida en los labios de cualquier cuerpo de paso. El corazón no tiene sentimiento ni descanso, el solo convive y sobrevive entre las mentiras y verdades de los 5 mundos de mi cuerpo. Los empíricos le destruyen, le rehogan, le despiertan, la razón y la conciencia le reforma, le acomodan y calma. Pero la razón siempre fue un alquimista juguetón, mando sobre de piezas sobrantes al portador de esta guerra, que va incorruptamente girando a la espera de caos y las tormentas, de paz y renacimiento. Y cada vuelta para este infame es una receta con firma y sello, de los misterios del interior de su hambre, reguardados en un archivo lleno de sobres bajo el nombre de poesía.
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