La poesía es una de las tantas caras de la pasión

En la bulimia del corazón, se halla la necesidad de gritar sin métricas ni coberturas, el sencillo hecho de dar la espalda sin remordimiento al tiempo con sus mascaras y artimañas o simplemente besar a la vida en los labios de cualquier cuerpo de paso. El corazón no tiene sentimiento ni descanso, el solo convive y sobrevive entre las mentiras y verdades de los 5 mundos de mi cuerpo. Los empíricos le destruyen, le rehogan, le despiertan, la razón y la conciencia le reforma, le acomodan y calma. Pero la razón siempre fue un alquimista juguetón, mando sobre de piezas sobrantes al portador de esta guerra, que va incorruptamente girando a la espera de caos y las tormentas, de paz y renacimiento. Y cada vuelta para este infame es una receta con firma y sello, de los misterios del interior de su hambre, reguardados en un archivo lleno de sobres bajo el nombre de poesía.

martes, 20 de septiembre de 2011

Desde las sombras





Desde las sombras

Para callar solo hacen falta palabras,
Para hablar un par de señales,
De ti, para seguir creando trovas
Y encuentros con sello de ilegales.

Reclamando en nombre de lo anónimo
Este espacio que solo se llena contigo
Deseando colocarte seudónimos
Que nos lleven a borrar la barrera de amigos

El tiempo se hará de vivos
Y la astucia de tiempos muertos.
Espero que esta nao encuentre el rio
Y ambos salgamos del mismo puerto.

Dios vive entre nuestros suspiros y deseos,
Y el diablo camina entre las caricias y besos
Quizás ambos se dejen de rivalidades
Y ponga su ayuda en esto.

Por ahora,
 A la sombra de la ingenuidad  del mundo
Qué bien ignora,
Que tu presencia a mi estomago le hace nudos.

Que nos miramos como el sol y la luna,
Que de reojo compartimos la misma luz,
Que tu intención y la mía se define como una,
Y para mí, el redor de mi piel eres tú.

Pero me escondo más allá de tu sombra,
De las miradas y las palabras que no callan,
Pero en tu boca besos veo de sobra
Y mis manos te desean detallar

Y hasta hora no nos falta nada,
Solo nos sobran las cadenas del deber
Que nos arranca de a momentos las alas
Y nos cohíben el ser.



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