La poesía es una de las tantas caras de la pasión

En la bulimia del corazón, se halla la necesidad de gritar sin métricas ni coberturas, el sencillo hecho de dar la espalda sin remordimiento al tiempo con sus mascaras y artimañas o simplemente besar a la vida en los labios de cualquier cuerpo de paso. El corazón no tiene sentimiento ni descanso, el solo convive y sobrevive entre las mentiras y verdades de los 5 mundos de mi cuerpo. Los empíricos le destruyen, le rehogan, le despiertan, la razón y la conciencia le reforma, le acomodan y calma. Pero la razón siempre fue un alquimista juguetón, mando sobre de piezas sobrantes al portador de esta guerra, que va incorruptamente girando a la espera de caos y las tormentas, de paz y renacimiento. Y cada vuelta para este infame es una receta con firma y sello, de los misterios del interior de su hambre, reguardados en un archivo lleno de sobres bajo el nombre de poesía.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Nuevo año










Al final de la factura
Cuento los minutos, Cuento las lagrimas
Cuento las risas que se llevaron las mujeres
Que hoy no están y sigo contando

Un año menos que viviré
Un año más que vivo

Yo persigo a la cuenta de uvas,
Abrazos, y se repiten las lagrimas, y las risas
Mientras lavo la última cena
Con un whisky

Las luces pestañan en el cielo
Como metrallas, luces de lucero.
Que larga la espera, que espera
Por cinco minutos

Y que corta la linda línea
Entre el último y el primero
Entre el comienzo y el fin
Entre el voy y el vengo

Luego, el silencio, los bostezos
El olor a pólvora, la cruda
Las miradas perdidas en el ayer
Y el mañana saqueando los sueños

Nuevas dudas, nuevas deudas
Nuevas mujeres, nuevas despedidas
Nuevas risas y lágrimas
Nuevo día, nuevo año

Mismo corazón, diferente pasión
La misma vieja calculadora
Cotizando noches y días,
Risas y lágrimas del nuevo año

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